LOS HERMANOS DE MOWGLI
Shere-Khan
decidió ir a cazar al cazadero de la manada de Seeonee. Dormían en ese lugar
unos leñadores con un niño de dos años. En medio estaba el fuego. Shere-Khan
los ve. Se acerca observándolos. Se quema. Da un fuerte rugido. Los leñadores
huyen olvidando al niño. Un lobo que observaba lo recoge y lo lleva a su cubil.
Shere-Khan va allá a pedirles que le entreguen el «cachorro de hombre».
Mamá
loba le tomó cariño al bebé al ver que no tenía miedo y que se acomodaba feliz
en medio de sus lobeznos. No se lo entregaron a Shere-Khan y predijeron que
Mowgli lo mataría.
Shere-Khan
espera el Consejo de la Roca en que se ha de decidir la admisión de Mowgli en
la manada. Llegada la noche del Consejo, las lobas fueron presentando sus cachorros
para ser reconocido por los lobos. Le toca a Mowgli; Shere-Khan reclama: ¿qué
tiene que ver el cachorro de hombre con los lobos? Se necesita la defensa de
por lo menos dos componentes de la manada que no sean sus padres para ser
aceptado. Akela lanzó esta proposición. Nadie defiende a Mowgli (Shere-Khan
esperaba que le entregarían su presa). Baloo sostiene que nada ganaría con
matarlo, que algún día él les ayudaría. El se comprometía a enseñarle la ley.
Bagheera ofreció un toro por la vida de Mowgli. Mowgli queda aceptado en la
manada.
Pasaron
10 años. Mowgli creció y aprendió la ley de la Selva. Se dedicó a sacar las
espinas de las patas de los lobos. Todos eran sus hermanos. Ake1a estaba ya
viejo. Cualquier día fallaría en la cacería. Ese día podía ser el fin de Akela
y de Mowgli en el Consejo de la Roca: Shere-Khan había estado sublevando a los
lobos jóvenes contra Akela y contra Mowgli para que se lo entregaran.
Akela
falló en la cacería una noche (lo habían traicionado poniéndole un gamo que no
había sido previamente corrido). Akela y Mowgli son llamados al Consejo de la
Roca. Este estaba siendo manejado por Shere-Khan. Mowgli fue, pero provisto de
la Flor Roja y de un bastón seco. Querían matar a Akela. Mowgli reclamó que
tendrían que luchar uno a uno contra él: ¿quién sería el primero? Aún podría
matar a unos tres o cuatro antes de morir él. Akela ofreció dejarse matar a
cambio de que respetaran a Mowgli; Bagheera recordó su oferta de un toro hacia
diez años. Estos argumentos no los convencían, pues Shere-Khan quería su presa,
argumentando que Mowgli no debía estar con los lobos, pues nadie podía soportar
su mirada. Mowgli tomó la Flor Roja y con ella intimó a Shere-Khan, que gimoteó
tímidamente y huyó junto a todos sus lobos secuaces. Mowgli prometió volver a
la próxima sesión del Consejo de la Roca trayendo sobre sí la piel de
Shere-Khan. Mowgli debió abandonar la selva e irse con los hombres.
LA CAZA DE KAA
Un
día Mowgli anduvo haciendo amistad con los monos Bandarlog. Estos estimaron
bueno tenerle con ellos, pues sería su jefe y les enseñaría a construir su casa
con ramas. Mowgli se entusiasmó y quiso ir con ellos. Baloo y Bagheera se lo
prohibieron. Los monos raptaron a Mowgli y se lo llevaron velozmente por los
árboles. Mowgli vio a Rhan, el milano, dio el grito mágico y le dijo que
avisara a sus amigos. Baloo y Bagheera fueron a pedir ayuda a Kaa, que estaba
hambrienta y decidió a ir a matar a los monos. Los monos se habían llevado a
Mowgli las Moradas Frías (Ruinas de una antigua ciudad hindú).
Llegaron
primero Bagheera y Kaa. Mientras Kaa tomaba una conveniente posición de ataque,
Bagheera comenzó la lucha. Seis o siete monos tomaron a Mowgli y lo echaron
dentro de las ruinas por un agujero en el techo de una cúpula. Mowgli dio un
grito de las serpientes («Tú y yo somos de la misma sangre»), ya que en las
selvas de la India, cualquier ruina es siempre un hormiguero de serpientes
venenosas. Estas respetaron a Mowgli.
Llegó
Baloo; Bagheera estaba en muchos aprietos y tuvo que tirarse a una cisterna
(los monos eran muchos para ella), Baloo entra en acción golpeando monos, pero
su número era excesivoeran demasiados. Cuando Baloo estaba totalmente acosado
entró en acción Kaa.
Ante
la serpiente, los monos huyeron despavoridos, pero Kaa los hipnotizó. (Kaa
estaba muy furiosa contra los monos porque la habían llamado "Gusano
amarillo”).
Mowgli,
Baloo y Bagheera se fueron. Mowgli recibió de ésta una soberana paliza en
castigo por meterse con los Bandarlog (ella y Baloo habían sufrido muchas
heridas por su culpa), pueblo desorganizado y sin ley ni lenguaje propio,
engreídos y de mala memoria, que en cuanto elegían un jefe, al día siguiente ya
se olvidaban de que lo habían elegido y nadie le obedecía. Pueblo de animales
cobardes que no cazaban, pues se alimentan de raíces y de frutos de los
árboles; molestan al resto de los demás animales lanzándoles proyectiles desde
los árboles.
DE CÓMO VINO EL MIEDO
«La
ley de la selva todo lo alcanza» decía Baloo a Mowgli, palabras que este llegó
a comprender cuando sobrevino una gran sequía. El río Waigunga era un hilillo
de agua, conformándose en el único sitio para que los animales bebieran, pues
en estas circunstancias, primero está el beber y después el comer. Era tanta la
sequía qué Hathi, el elefante, vio asomar la Peña de la Paz lo que obligó a
declarar la tregua del agua. Esta prohíbe terminantemente cazar o matar en
lugares destinados a beber.
Una
noche estaban todos bebiendo cuando aparece Shere-Khan y comenta que había
matado a un hombre esa noche, aduciendo que esa era su noche. A nadie le
pareció bien lo realizado por Shere-Khan y Hathi lo echa. Mowgli preguntó que
era eso de su noche y Hathi relató la siguiente historia:
“En
el principio de los tiempos, Tha, el primer elefante, había creado selvas, ríos
y montañas y todos los animales vivían juntos y se alimentaban de pasto, frutas
y hojas. Pero Tha, que era muy ocupado, nombró al primer tigre juez y señor de
esa selva. En aquel tiempo, el tigre no tenía rayas y toda la selva era paz y
armonía.
Una
noche, hubo una diferencia entre dos gamos y estos fueron ante el tigre para
que solucionara sus problemas. Uno de los gamos empujó con sus cuernos al
primer tigre y este le mató partiéndole el cuello. El olor a sangre le
enloqueció y huyó hacia los pantanos del norte. La selva y sus habitantes se
desordenaron.
Tha
escuchó el ruido, volvió y se dio cuenta de la muerte del gamo. Entonces ordenó
a las enredaderas y a los árboles que marcaran al asesino para así reconocerlo.
Luego Tha preguntó quien quería ser el nuevo juez, ofreciéndose el mono gris.
Su
comienzo fue bueno, pero pronto olvidó su papel. Tha volvió nuevamente y dijo:
-
Con el primer tigre llega la muerte, con el mono la vergüenza, así que ahora os
dejaré a todos la ley del miedo, buscadla.
Los
animales recorrieron la selva de extremo a extremo buscando el miedo, hasta que
lo encontraron en una cueva, este era el hombre ante el cual se atemorizaron y
no volvieron nunca más a vivir todos juntos.
Al
primer tigre le llegó el rumor de la existencia del miedo y fue en busca para
matarlo. En el camino las plantas y árboles, recordando la orden de Tha, le
marcaron la piel. Al llegar a la caverna del miedo, este le llamo rayado,
sintió miedo y huyó hacia los pantanos.
El
tigre pidió a Tha que lo volviera a ser como antes, pero al no poder sacar de
su cuerpo las marcas, Tha le recordó la muerte del gamo.
El
tigre recorrió la selva llamando a sus amigos, pero estos le tuvieron miedo.
Tha concedió al primer tigre y su descendencia que por una noche al año el
hombre le temería, pero al mismo tiempo le pidió que tuviera misericordia del
hombre. Durante un año esperó el tigre la noche prometida y cuando ésta llegó,
mató al hombre pensando que con eso pondría fin al miedo. Tha, molesto con el
tigre, dijo:
-
¡Ciego y loco, les has quitado a la muerte las cadenas que tenían sus pies!
Al
amanecer apareció otro hombre el cual, al ver lo sucedido, cogió un palo con
punta y lo lanzó al tigre hiriéndole, con lo cual todos en la selva se
enteraron que el de los pies desnudos podían herir a distancia lo que provocó
un miedo mayor.”
¡AL TIGRE! ¡AL TIGRE!
Mowgli
abandona la selva y se va a la aldea de los hombres. Estos lo reconocieron como
el niño-lobo. Messua reconoció a Mowgli como el niño que le había robado el tigre
años antes. Lo llamó Nathoo, lo llevó a su casa y le dio leche.
Mowgli
no se acostumbra a dormir en una casa. Se le hacía como estar dentro de una
trampa. Se iba a dormir fuera de la casa. Tres meses pasó Mowgli en la aldea
aprendiendo los usos y costumbres de los hombres. Andaba siempre solo y no se
juntaba mucho con los muchachos de la aldea: no sabía sus juegos ni hablaba
bien. Le dieron por trabajo cuidar los búfalos de la aldea.
Había
en la aldea un hombre llamado Buldeo que tenía una escopeta y era conocido
siete leguas a la redonda por su fama de cazador. Había inventado muchas
leyendas fantasmales. Todas las tardes el pueblo se juntaba a la sombra de una
higuera a escuchar sus cuentos. Mowgli, que no entendía de fantasmas, ni de
selva empezó a reírse y a contradecir a Buldeo. Desde entonces Buldeo no podía
ver a Mowgli.
Llegó
una noche el Hermano Gris con noticias de la selva: Shere-Khan andaba con
intenciones de matar a Mowgli. Mowgli y el Hermano Gris concertaron un plan
para matar a Shere-khan y lo pusieron en práctica: Un día que Shere-Khan había
comido y bebido y descansaba en la quebrada del Waigunga, Mowgli, ayudado por
Akela y el Hermano Gris dividieron el ganado en dos: las vacas con sus terneros
se fueron por la parte baja de la quebrada; Mowgli y Akela llevaron a los toros
y búfalos hacia la parte de arriba. Shere-khan estaba en medio. Akela echó a
correr a los toros y búfalos hacia abajo. Al oír el ruido de la estampida, el
tigre, calmadamente empezó a trotar quebrada abajo. Al poco rato escuchó el
ruido de las vacas que subían, también en estampida, hostigadas por el Hermano
Gris. Intentó trepar por las paredes de la quebrada, pero no pudo, pues había
comido y bebido. La estampida pasó por encima de él dándole muerte.
Mowgli
regresó para sacar la piel a Shere-Khan y llevarla a la Roca del Consejo. En
esto estaba cuando llegó Buldeo. Este le quiso quitar la piel para llevarla a
Khanhiwara, donde ofrecían una recompensa a quien cazara al «tigre cojo».
Mowgli
hizo una seña a Akela, quien se le echó encima a Buldeo dejándolo en el suelo,
pidiendo clemencia a Mowgli. Este lo dejó ir. Cuando Buldeo llegó a la aldea
empezó a contar cuentos de embrujos acerca de Mowgli, diciendo que era un
hechicero. Cuando Mowgli fue a la aldea la gente lo echó a pedradas. Mowgli se
fue a buscar la piel de Shere-Khan para llevarla a la Roca del Consejo y dar la
gran noticia a la selva: Shere-Khan había muerto.
Akela
reunió a los lobos como antes. Los lobos llegaron cojos, flacos, heridos, pues
sin la guía de Akela (lohabían echado de la manada) habían caído, en trampas y
habían tenido mala caza.
Desde
ese día Mowgli decidió cazar solo: había sido expulsado de la manada de los
lobos y de la de los hombres.
LA SELVA INVASORA
Estaba
conversando Mowgli con sus amigos, cuando oyeron que se acercaba Buldeo con los
otros acompañantes: buscaban la piel de Shere-khan. Entre su conversación salió
que Messua y su marido estaban prisioneros y que iban a ser quemados por ser
los padres de un hechicero. (A Mowgli le extrañó mucho que los hombres no se
mataran por necesidad de alimento, sino por puro gusto. En su opinión eran
semejantes a los Bandarlog).
Buldeo
perdió la pista. Llegaron unos leñadores que iban a la aldea. Buldeo se decidió
a acompañarlos. Mowgli encomendó a sus amigos que los entretuvieran cantándoles
uno de los cantos de la selva, lo que retrasó mucho el caminar de los hombres.
Mientras, Mowgli se adelantó a la aldea para liberar a Messua y a su marido.
Entre
tanto llegó Buldeo y comenzó sus cuentos. Messua y su marido aprovecharon para
huir de la aldea. Mamá loba los guió a Kanhiwara protegiéndolos de los
animales. Para facilitar la huida, Bagheera y Mowgli impedirían que la gente
saliera de la aldea, por lo menos durante la noche.
Todavía
estaba Buldeo con sus cuentos. Bagheera decidió irse al lugar donde habían
estado encerrados Messua y su marido y se encerró en la cama. Cuando Buldeo
terminó sus cuentos, la gente montó en indignación y se levantó con antorchas
para ir a dar muerte a Messua y su marido. Cuando entraron en la habitación se
encontraron con la pantera. Toda la gente huyó a encerrarse en sus casas, allí
estuvieron encerrados todavía dos días. Mientras, Mowgli llamó a Hathi, pues
poseía una palabra mágica contra él por uno de los cuentos que había oído a
Buldeo («Los campos de Burtpoor»). Le dijo que reuniera a todos los animales de
la selva para destruir la aldea.
Hathi
y sus tres hijos fueron por la selva reuniendo los animales (no querían matar a
los hombres). Los enviaron a los campos de la aldea a destruir todo lo que los
hombres habían sembrado. Cuando ocurrió esto, los habitantes de la aldea
tuvieron que irse, viendo el hambre que pasarían si se quedaban.
Cuando
no quedó nadie en la aldea los elefantes la demolieron por completo. Con la
llegada de las lluvias la selva volvió a crecer en aquel lugar.
LOS PERROS DE ROJIZA
PELAMBRE
Estaba
Mowgli con sus amigos cuando escuchó el feeal de los Dholes (este era el grito
de caza de los perros jaros en territorio de otras manadas). Andaban siempre en
grupos de cien o doscientos y cruzaban la selva en línea directa matando todo
lo que se ponía a su alcance. Tal era su bravura, que nunca retrocedían, ni
había en toda la selva animal que con ellos se metiera, ni siquiera Hathi.
Por
aquellos días la manada de Seeonee había encontrado un nuevo jefe: Fao (varios
años había pasado sin jefe y totalmente desorganizada, desde que los lobos,
seducidos por Shere-Khan destituyeron a Akela y despidieron a Mowgli de la
manada). Al oír el feeal, discutieron los lobos en la Roca del Consejo qué
habría de hacer. Unos pensaban que habría que huir a los pantanos del Norte;
otros, que era preferible morir peleando.
Mowgli,
aunque había sido expulsado de la manada unos años atrás se olvidó de esto y
prometió con juramento que sería capaz de dar su vida por defender a la manada.
Partió a buscar a Kaa (era una serpiente vieja: tenía muchos más años que
Hathi, por esto era muy sabia) y ésta le dijo a Mowgli que lo acompañara.
Nadando por el Waigunga lo llevó a la Morada de la Muerte, donde vive el Pueblo
Diminuto, el de las abejas. Millones de ellas vivían en estos acantilados.
Ningún animal se atrevía a acercarse a 800 metros a la redonda.
Mowgli
y Kaa llegaron allá de noche mientras las abejas dormían. Exploraron el
terreno. Mowgli hizo un plan: Llevaría allá a los perros para que las abejas
los mataran. Los perros jaros venían siguiendo el rastro de Won-tolla, el lobo
solitario que había matado a tres de ellos para vengar a su esposa y a sus tres
hijos. Estaba muy herido y dejaba la hierba marcada con su sangre. (Mowgli lo
había conocido en el Consejo de la Roca, pues llegó donde la manada mientras lo
celebraban). Siendo en sentido opuesto el rastro de Won- tolla encontraría a
los perros jaros. Cuando llegó a un lugar favorable se subió a un árbol, en una
rama a la altura de dos metros y medio. Cuando los perros llegaron, Mowgli
comenzó a insultarlos (quería que dejaran de seguir el rastro de Wontolla y que
lo siguieran a él para llevarlos a la Morada de la Muerte) Los perros se
agruparon bajo el árbol de Mowgli dispuestos a esperar que bajara por hambre.
Como estaba muy bajo, empezaron a saltar tratando de alcanzarlo, pero no lo
conseguían.
Mowgli,
atento, esperaba el momento oportuno. Cuando saltó el jefe, Mowgli lo agarró
por el cuello. Sacó su cuchillo, le cortó la cola y se la guardó, subiéndose a
las ramas más altas. Por la reacción de los perros, Mowgli contempló
satisfecho, que lo seguirían hasta el fin del mundo para matarlo. Pasando de
rama en rama, Mowgli se fue acercando a la Morada de la Muerte hasta que llegó
al último árbol. Todavía faltaba media legua de explanada antes de llegar.
Mowgli esperó al atardecer, pues a esta hora los perros peleaban peor. Se untó
el cuerpo con ajo silvestre que había traído, pues este olor ahuyentaba a las
abejas. Los perros lo miraban con desprecio, pensando que quería hacerles
perder la pista con el olor a ajo. Mowgli les tiró la cola de su jefe; todos
los perros se echaron sobre ella; Mowgli aprovechó para bajar del árbol y echar
a correr.
Los
perros, furiosos, comenzaron a seguirlo con el jefe (con la cola cortada) a la
cabeza. Mowgli entró en los límites de la Morada de la Muerte, subió los
acantilados y los perros tras él. Mientras corrían hizo rodar una piedra que había
puesto la noche anterior, despertando a las abejas, las que sin tardar se
echaron sobre los invasores.
Mowgli
había alcanzado ya el acantilado y se lanzaba al Waigunga, mientras las abejas
daban cuenta de sus perseguidores. De los doscientos perseguidores, sólo unos
cincuenta o sesenta lograron salir con vida de las Moradas de la Muerte,
nadaban río abajo perseguidos por las abejas. Lejos ya, las abejas los dejaron;
estaban ya en los lugares de la manada de Seeonee, la que avisada por Kaa,
estaba a la espera. Cansados, mojados y picados por las abejas, pero mayores
aún en número, emprendieron la batalla. Murieron 15 lobos y de los que quedaron
vivos, ninguno salió ileso. Mowgli con su cuchillo mató muchos perros. De los
perros, ninguno consiguió llegar vivo al Dekan de donde había salido.
Entre
los lobos muertos estaba Won-tolla, que había conseguido saldar su deuda, y
Akela, quien murió luchando contra muchos perros, cuando ya no le quedaban
dientes. Mowgli lo atendió en el momento de morir. Entonces dijo: «Un lobo ha
muerto hoy».
Había
sido un excelente día de caza.
EL ANKUS DEL REY
Estaba
Mowgli jugando con Kaa, cuando ésta le dijo que el día que habían estado en las
Moradas Frías se había metido en unos subterráneos y se había encontrado con
una Capucha Blanca del pueblo venenoso (una Cobra) que le había dicho que
custodiaba el tesoro del Rey Kurum Rajá, por el cualquier hombre daría la cara.
Mowgli
no sabía qué podría ser esa cosa sin vida que ambicionaban tantos los hombres
(no conocía el valor que los hombres daban al oro y a las piedras preciosas).
Picado por la curiosidad llegó allá con Kaa.
Una
cobra de muchos años custodiaba un enorme tesoro. Mowgli empezó a mirar, pero
nada le interesó (un cuchillo sí, pero encontró que el suyo era mejor y lo
tiró). Luego encontró un ankus de oro con piedras preciosas y punta de acero.
-
Sólo por verlo darían su vida muchos hombres - dijo la cobra a Mowgli.
Mowgli
le dijo que se lo llevaría. La cobra le respondió que ningún hombre que hubiese
entrado allí saldría con vida y que él también moriría, pues contra ella no
había palabra mágica.
Entre
Mowgli y Kaa lograron burlarla y huyeron. La cobra les gritó que no se llevaran
ese ankus, pues estaba lleno de muerte. Mowgli no le creyó, ¿cómo ese ankus
podría matarlo a él?
Ya
en la selva se cansó de mirarlo y lo tiró. Un hombre lo encontró y se lo llevó.
Mowgli y Bagheera decidieron seguirle los pasos para ver si el ankus le
ocasionaba la muerte. Siguieron su rastro y seguidamente encontraron el rastro
de alguien que lo seguía, pronto encontraron el cadáver del primer hombre y más
tarde el del segundo. Luego encontraron otros cuatro rastros. Siguiéndolos
encontraron un primer muerto en un bambú y cuatro leguas más allá estaban los
cadáveres de los otros tres junto al fuego. En él había una torta de pan,
quemada ya, de la cual habían comido: estaba hecha con la manzana de la muerte,
el veneno más activo que existe en toda la India, el que llevaba la comida la
debió mezclar con los alimentos.
Ahí
estaba el ankus.
Mowgli
preguntó entonces a Bagheera:
-
¿No nos mataremos nosotros dos?
Bagheera
contestó que ella conocía a los hombres, por haber estado presa entre ellos:
-
A nosotros no puede causarnos daño porque no deseamos lo que los hombres desean.
Mowgli
tomó el ankus y se lo llevó nuevamente a las Moradas Frías y se lo devolvió a
la Capucha Blanca diciéndole que buscara otra más joven que ella para que
ninguno de esos tesoros saliera de allí, pues éste en una sola noche había
ocasionado seis muertes. La muerte de los tres últimos cazadores se debió a que
cada uno andaba con una ambición oculta: no eran sinceros entre sí.
CORRETEOS PRIMAVERALES
Esto
sucedió dos años después del hecho de los Perros Jaros, cuando Mowgli tenía ya
17 años. Al llegar la primavera, todos los animales comenzaron a estrenar su
canto nuevo. Era la época del Nuevo Lenguaje. Estos ya no obedecían de
inmediato a la voz de Mowgli, el amo de la selva. El mismo Mowgli comenzó a sentirse
distinto. Sentía mucha tristeza y sentimientos extraños que antes no había
sentido.
Los
animales comenzaron sus riñas de celos. Dos lobos andaban buscando terreno para
una pelea. Mowgli quiso detenerlos, pero lo tiraron al suelo. Él, entonces,
comenzó a pensar si estaría envenenado, pues no tenía la fuerza de antes y se
sentía muy mal. Llamó a sus cuatro amigos para ir a cazar con ellos a los
marjales (pantanos), pero no acudieron, pues estaban cantando la nueva canción.
Entonces, indignado de que no le obedecieran, se fue solo.
Al
llegar allá comenzó nuevamente a sentirse mal. Pensó que se moría por la acción
de algún veneno.
A
lo lejos vio una flor roja, encendida por los hombres. Como empujado por algo
extraño fue hacia allá (pensó en lo que Akela, Baloo, Kaa y Bagheera le habían
dicho: el hombre vuelve al hombre). A pesar de que los hombres lo habían
arrojado de su manada él iba hacia allá. Llegó a una casa. Ladraron los perros.
Una
mujer salió y los hizo callar. Era Messua. Mowgli la reconoció. Mowgli fue
donde ella y Messua lo recibió en su casa. Tenía un hermanito, muy niño, que le
tomó cariño enseguida. Su padre había muerto. A la noche siguiente llegó el
Hermano Gris. Mowgli se fue con él. Mientras iba, por el camino vio a una joven
india. El se quedó mirándola, sintiendo algo que nunca antes había sentido.
Luego siguió su camino hacia la Roca del Consejo. Reunió a los animales para
contarles lo que le sucedía. Sólo acudieron sus cuatro amigos. Los demás
estaban ocupados en el canto nuevo. Allí Mowgli les explicó lo que pasaba.
Baloo
entonces le recordó que Akela había dicho que llegaría un día en que Mowgli
llevaría a Mowgli hacia la manada de los hombres. Mowgli comprendió que debía
dejar la selva y a sus amigos para irse entre los hombres a construir su propio
cubil. Le consoló el hecho de que ya no lo echaban de la Segunda Manada de
Seeonee y el saber que la selva siempre estaría abierta para recibirlo, pero
sintió enorme pena de dejar a sus amigos. Bagheera mató un segundo toro, para
dejar a Mowgli libre de los lazos del primero.
Mowgli,
entonces se fue, solo a la casa de Messua. Desde entonces cada uno comenzó a
seguir nuevas pistas.
8 comentarios :
Felicitaciones le saluda Akela Moisés del Grupo Scouts 11 Máximo Jerez de Managua, Nicaragua.
gracias por el resumen me ha servido mucho para dar una introducción a mis lobatos
Buena Caza
gracias de verdad me ayudo mucho <3
Para eso está!!! Buena Caza y gracias por la visita!!!
no tendrás resumen los 7 capítulos que faltan??
gracias me servio mucho
de verdad
gracias
Muchísimas gracias me ayudo para hacer un PDF del primer capitulo muy rápido para compartir con mi Manada en época de aislamiento social !
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